¿De qué sirve hacerlo?
El ánimo no está. La motivación tampoco. Las dudas te embargan y te preguntas de qué sirve ese esfuerzo, por qué hacerlo. Estás segura de que necesitas un milagro o mucha magia para que las cosas cambien. ¿Y si no es así? ¿Y si todo depende de tus decisiones de cada momento y de entender por qué sirve hacerlo?