Vivir el presente no siempre es lo que parece. Vivir el presente no necesariamente es negar tu pasado, tu futuro, tus pensamientos, tu sufrimiento, sino aceptar todo eso, si lo haces con plena conciencia. Vivir el presente, por muy doloroso que sea, puede ser lo mejor para dejar entrar la paz, la serenidad y la felicidad a tu vida.
Imagínate qué maravillosa sería tu vida dentro de un año, si siguieras este consejo, si cada día decidieras hacer algo que hará que tu futuro sea mejor, y no necesariamente que tu presente sea más agradable. ¿Qué puedes hacer hoy para hacer que tu futuro sea mejor? ¿Por qué pequeña acción puedes empezar?
La energía es uno de nuestros recursos más importantes. Aprender a canalizar esa energía, haciendo mejor aquellas pocas cosas que son realmente importantes para nosotras, en lugar de perderla tratando de hacerlo todo, pero hacerlo de manera mediocre, cometiendo errores banales, es nuestro deber.
Si tienes sentimientos encontrados ante esta pregunta, si no estás convencida de los beneficios que te ofrece, quizás es porque tengas un concepto errado de este concepto. En este artículo te invito a conocer 10 mitos de la disciplina, del libro “Las 48 reglas de la disciplina” de Joan Gallardo.
Querer hacerlo todo, tenerlo todo, serlo todo, nos desgasta, nos estresa y nos quita el discernimiento de entender qué es realmente importante y qué no. No se trata de tragarse el sapo a primera hora de la mañana y luego tratar de hacer todo el resto. Se trata de tragarse el sapo y eliminar el resto.
Te propongo un ejercicio que tiene el potencial de cambiar tu manera de ver la vida y, en consecuencia, tu vida misma, a condición de practicarlo, como mínimo, mañana, tarde y noche. Es un ejercicio del que seguramente has oído hablar anteriormente, y que probablemente practiques de vez en cuando. Hasta ahora. Hoy todo cambiará.
Hacer algo extraordinariamente bien es no conformarse con la mediocridad, con ser como los demás, sino despertar y expresar tu mayor potencial. No se trata de ser perfecta, o hacer las cosas perfectamente bien, sino de autorizarte a ser quien eres, en tu mayor esencia, a vivir plenamente, a explorar tus ideas, a ser creativa y diferente.
Quién fuiste, quién eres y la persona en la que te convertirás, depende de lo que te digas de ti misma y de las acciones que hagas para reforzar quién crees que eres. En consecuencia, para cambiar tu identidad debes cambiar cómo te hablas, y lo que haces.
Mi consejo de hoy es en realidad una pregunta que, espero, te haga reflexionar. Una pregunta que, espero, te haga cambiar tu manera de manejar tu tiempo. Una pregunta que cambiará tu vida, si te tomas el tiempo de responderla, y si aplicas -tanto como puedas- las respuestas que tú misma te das.
¿Cómo serías tú dentro de un mes, si cambiaras algo cada día? ¿Qué impactos tendrían pequeños cambios diarios en un año? ¿Cómo sería tu vida, dentro de diez años, si lograras mejorar un pequeño comportamiento cada día? Eso es lo que abordaremos en este artículo: cómo y por qué implementar cambios pequeños en nuestras vidas.