¡Qué simple es vivir el presente!
Al menos, eso parece.
Es aceptar lo que es, sin tratar de cambiarlo.
Prestar atención a lo que experimentas, con el mayor de los detalles que puedas.
Ser consciente de tus emociones y de tus sensaciones físicas.
No se trata de ser positiva, sino simplemente aceptar tus emociones, tus sensaciones, tu dolor, tu alegría.
¡Y qué difícil es!
Vivir el presente no solo es disfrutarlo; es experimentarlo. Es ser consciente de él. Una actora y espectadora a la vez.
Vivir el presente no es solo vivir lo que pasa en este preciso instante. Es vivir y aceptar esta época que vives, sin decirte constantemente que lo pasado fue mejor, ni buscar revivirlo constantemente. Tampoco es pensar que solo el futuro valdrá la pena ser vivido.
Vivir tu presente es despertar tu conciencia, sin forzar nada.
Es simplemente ser y dejar es.