En el artículo de ayer, Visualiza tu día, te expliqué por qué es importante visualizar correctamente tu día y cualquier objetivo que tengas. Hoy te daré los ingredientes necesarios para que tu visualización sea más potente.
- Sin interrupción. Asegúrate que no te interrumpan durante el tiempo que vayas a visualizar y que no haya ruidos a tu alrededor. La calma es clave.
- Relájate. Para ello, puedes escuchar música, meditar o hacer cualquier actividad que te relaje. Respira profundamente tres veces y repite mentalmente tu intención con este ejercicio.
- Define tu intención. Cierra tus ojos. Luego, di, por ejemplo, “voy a visualizar mi día de hoy, logrando con éxito, pasión, calma y alegría, cada una de las actividades que planifiqué para el día”.
- Visualiza. No basta enumerar o describir lo que quieres. Éste es un ejercicio sensorial y no meramente cerebral. Debes cerrar los ojos y ver las imágenes de ti, logrando lo que deseas. Cierra los ojos y responde a estas preguntas: ¿Estoy en la imagen o fuera de ella? ¿Es una imagen estática, como una foto, o en movimiento, como un video? ¿Es de color o en blanco y negro? ¿De qué tamaño es? ¿Está al centro de mi campo visual, de lado o en alguna esquina?
- Amplifícalo. Haz esa imagen o video más grande, con más colores, más vivo.
- Agrega sentidos. Incorpora sabores, olores y movimientos. Mientras mayores sentidos incorpores a tu imagen, mayor probabilidad de sentirla tuya y, por ende, de lograr ese objetivo.
- Siéntelo. ¿Qué emoción tendrás cuando logres ese objetivo que tienes o cuando vayas realizando las actividades de tu día?