Ya te he hablado de la importancia de planificar un tercio de tiempo de más en cada una tus actividades.
Si, por ejemplo, al momento de planificar tu semana crees que una actividad te llevará 45 minutos en realizar, es más prudente y productivo que planifiques 15 minutos de más, es decir, una hora, en lugar de 45 minutos.
Si haces esto, podrás hacer frente a cualquier distracción (un jefe o colega que te hable, una llamada telefónica, etc.) o actividades que necesites realizar para finalizar tu tarea y que no habías anticipado antes.
La mayoría de los seres humanos tenemos tendencia a subestimar el tiempo que necesitamos para realizar cualquier actividad. La mayoría de nosotras tenemos un sesgo mental de optimismo cuando se trata de calcular el tiempo que necesitamos para realizar cualquier actividad.
Por ello, no sólo trates de planificar 33% de más a lo que crees que algo te tomará. También haz lo mismo con tus proyectos más importantes.
Si crees que tomarás una semana en preparar un cumpleaños, mejor calcula 10 días.
Si crees que te llevará un mes en remodelar tu cocinar, mejor prepárate para un mes y medio, etc.
Este cálculo, por supuesto, implica que harás tu trabajo con la mejor intención y la mayor concentración posible, que no cederás ante la tentación de empezar más tarde, con la excusa de que tienes tiempo extra. Porque este tiempo, no es extra, sino es uno más realista.
La próxima vez que te critiques porque no lograste terminar un proyecto a tiempo, recuérdate que simplemente tienes un sesgo optimista cuando se trata de calcular el tiempo que alguna actividad o proyecto te llevará.