Este concepto viene del autor de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, Stephen R. Covey.
El autor define dos círculos o tipos de pensamientos: el círculo de preocupaciones, que es el conjunto de pensamientos o elementos que nos preocupan en el día a día, y el círculo de influencia, que es aquella parte de tu círculo de preocupaciones, que tienes capacidad de modificar, de cambiar.
Estás en el círculo de preocupaciones cuando:
- Te quejas de las situaciones.
- Criticas a los demás.
- Te preocupas por algo que crees que está fuera de tu control, que sea algo externo a ti (como la economía, las decisiones del Gobierno, el cambio climático, tu familia y tu entorno, de manera general) o algo dentro de ti (como tu salud, la posibilidad de morir, tus genes, tu personalidad).
Estás en el círculo de influencia cuando:
- Estás consciente de en cuál de los dos círculos te encuentras, y pasas del círculo de preocupación al de influencia.
- Aprendes a observar, interrogar y manejar tus emociones.
- Te preguntas cómo hacer para cambiar o mejorar una situación, y tomas cartas al respecto.
- Dejas pasar tus pensamientos poco productivos y atraes aquellos que deseas tener.
- Eres proactiva y decides qué quieres eliminar de tu vida, qué quieres hacer todavía más y qué quieres atraer a ella.
- Cambias la historia que te cuentas de tu pasado, especialmente cuando esta historia no te favorece en el presente, ni en el futuro.
Para pasar de uno al otro, debes decidir que eso deseas hacer y, sobre todo, debes estar consciente del círculo en el que te encuentras más a menudo. Esto no es fácil. No es fácil reconocer que andas en una actitud pasiva y que, pudiendo cambiar, a veces prefieres -por facilidad- la opción menos productiva para ti. Cuando sea el caso, recuerda el concepto del Punto de resistencia máxima.