Planificar es una de las mejores herramientas de gestión del tiempo. Te da claridad sobre qué debes hacer y cuándo, y te descarga de la toma de decisión constante de definir qué hacer en cada momento del día. Pero planificar es solo uno de los primeros pasos para lograr lo que quieres. La planificación, sin la acción, es una pérdida de tiempo y se convierte, paradójicamente, en uno de los mayores destructores de tu productividad.
Por eso, en este artículo te doy 5 técnicas para cumplir lo que está en tu agenda:
- Planifica lo más difícil a primera hora del día. La mañana es el momento del día en el que se suele tener mayor energía y es, por lo tanto, el período ideal para hacer lo más difícil.
- Si no quieres hacer algo, ponte a trabajar. No le des tantas vueltas a lo que debas hacer. Abre ese archivo, saca tu teléfono y haz esa llamada. No pienses tanto en lo que vas a hacer; simplemente, trabaja. Si te cuesta hacerlo, cuenta hasta cinco, y trabaja.
- Mantén un diálogo interno contigo misma sobre lo que te dirás al final del día y la emoción que sentirás cuando hayas hecho todo lo que dijiste que harías. Eso te dará la motivación extra para lograrlo.
- Sorpréndete con un detalle extra. Durante el día imagina qué podrías hacer, además de lo que está en tu agenda, y que te hará sentir particularmente productiva. Algo que te haga sentir orgullosa (porque estabas procrastinando, porque no querías hacer, porque te parecía difícil), pero que no sea extremadamente complicado, de modo que sí sea posible lograrlo.
- Haz que tu ambiente sea divertido. Pon música, ponte a bailar, intercambia algún chiste con tus colegas.