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Perder tiempo

Para hacer más en menos tiempo

No somos máquinas. No somos robots. Y aunque no podemos trabajar, de manera productiva, 24 horas al día por mucho tiempo, sin destruirnos, tenemos algo mejor: la capacidad de discernir entre lo que es importante para nosotras y lo que no lo es. Y, a partir de ahí, dedicar nuestra atención y creatividad, a hacer lo que realmente vale la pena hacer.

¿Pocas distracciones es mejor que una gran distracción?

¿Qué es peor, distraerse poco tiempo, varias veces al día, o realizar actividades que te toman mucho tiempo, pero que en el fondo no te aportan nada? ¿Por qué escoger entre dos males? Si quieres ser productiva, escojas ninguna opción. Decide, con intención, no distraerte ni con lo pequeño, ni con lo grande.

Pequeñas grandes cosas

Una lista de pequeñas cosas que puedes hacer cada día, sin que te quiten mucho tiempo, pero que tienen la fuerza y el poder de cambiar tu manera de ver las cosas, de sentirte, tu manera de hacer. Una lista de 30 cosas que puedes realizar, sin que te cuesta nada, pero que te aportarán mucho.

Las reglas de oro de la gestión del tiempo

¿Cuáles son las reglas que, si aplicas constantemente en tu vida, te garantizarán una excelente gestión del tiempo, mayor productividad en las actividades fundamentales para ti y mayor disfrute en tu vida? Aquí aprenderás las cinco reglas de oro que te ayudarán a lograr todo eso. Lee el artículo solo si estás realmente comprometida a lograrlo.

Planifica el peor escenario

Cuando planificamos un evento o una actividad, solemos preguntarnos qué debemos hacer y qué recursos necesitamos para lograrlo, pero pocas veces nos preguntamos qué puede impedirnos alcanzarlo, ni qué debemos hacer si la peor situación o los más difíciles obstáculos se presentan y cómo superarlos. Sin esta etapa, nuestra planificación será incompleta.

Date el tiempo

Ser productiva no siempre es hacer más en menos tiempo. A veces, es hacer menos en más tiempo. Es ser paciente y seguir intentándolo, sin que la desmotivación gane la batalla. Es entender que las cosas toman su tiempo y que no siempre lo puedes controlar. Date tu tiempo para disfrutar, para intentarlo, para cometer errores y aprender de ellos.

Una cosa a la vez

El mito del multitasking ya es conocido de todos: lejos de aumentar la productividad, la destruye. La alternativa es hacer una cosa a la vez, concentrarte en cada tarea que haces, sin dejarte distraer por más nada. Esto no va a garantizar que disfrutes lo que haces o que no cometas errores, pero aumentará tu chance de lograrlo.

El tiempo de recuperación

Cuando tengas un evento o trabajo que exijan de ti un esfuerzo, energía o concentración más allá de lo que estás acostumbrada a dar, planifica tiempo de recuperación para ti, tanto como planificaste esta actividad. Ésa será la clave de tu productividad continua. La recuperación es tan necesario para tu bienestar como la ejecución.

Haz que el conocimiento te transforme

Si crees que aprender y obtener información nueva, se traduce necesariamente en cambio y transformación, observa un poco tu propia vida y probablemente verás que no siempre es así. Para que tus conocimientos te transformen, primero debes utilizar ese conocimiento tanto como puedas, hasta que se vuelva automático en ti. Las palabras claves son: decisión, práctica y perseverancia.

Aplica lo que sabes

Aprender es un excelente hábito, siempre y cuando se aplique lo que se aprende, lo que se lee, lo que se escucha… lo que se sabe. ¿Qué tanto sabes de productividad y qué tanto aplicas constantemente? Recuerda, la clave no está en saber, sino en implementar esos conocimientos en nuestro día a día.