Para hacer más en menos tiempo
No somos máquinas. No somos robots. Y aunque no podemos trabajar, de manera productiva, 24 horas al día por mucho tiempo, sin destruirnos, tenemos algo mejor: la capacidad de discernir entre lo que es importante para nosotras y lo que no lo es. Y, a partir de ahí, dedicar nuestra atención y creatividad, a hacer lo que realmente vale la pena hacer.