¿Te preguntas si estás haciendo lo suficiente, si haces lo necesario o si puedes hacer más?
Si te haces esta pregunta con frecuencia, vale la pena que tomes el tiempo de responderla.
Porque puede que, efectivamente, esa pregunta sea la voz de tu conciencia diciéndote que no estás haciendo lo suficiente, que eres capaz de dar mucho más de lo que estás dando, que tú misma no estás satisfecha con tu trabajo, con tus esfuerzos o con tus resultados.
Pero puede que, al contrario, esa frase que te repites sea una manera de auto-sabotearte, puede que sea tu manera de no felicitarte por tus propios esfuerzos. Si nunca crees que haces lo suficiente, pese a hacer tu mejor esfuerzo, vale la pena preguntarte qué es lo suficiente y cuándo sabrás que estás haciendo lo suficiente. Puede que la respuesta a esa pregunta sea, simplemente, darte cuenta de que no solo haces lo suficiente, sino que -constantemente- haces mucho más allá que lo suficiente.
¿Cuál es tu caso?
Sé honesta y no tengas miedo de tu propia respuesta.
Quizás la respuesta sea una mezcla de las dos. A ti te toca responder.