Retoma el control de tu vida. Retoma el control de tu tiempo. Retoma el control de tus pensamientos. Redefine tus creencias. Determina quién quieres ser, en qué te quieres convertir, cómo quieres vivir. Deja de quejarte, de sentir que no lo lograrás.
Recuerda que tus creencias determinan tus acciones. Tus acciones determinan tus resultados. Tus resultados determinan tu vida, presente y futura. Y modifican la manera en la que ves el pasado.
Todo el poder está en ti. No puedes cambiar el mundo externo, ¿y para qué hacerlo, si no logras primero cambiar tu mundo interno?
Sobre él si tienes influencia, una influencia que va más allá de lo que te imaginas.
Comienza viéndote de otra manera, tratándote de otra manera, hablándote con amor, con admiración. Reconoce lo que logras en cada momento de tu vida. Reconoce y celébralo. Reconoce tus errores y míralos como tus mejores aliados en el camino de la transformación, porque ellos te dirán qué debes cambiar, si quieres mejorar.
Deja los pensamientos destructivos pasar, porque ellos no tienen nada que hacer en tu vida. Atrae pensamientos poderosos, constructivos y de amor. Amor hacia ti y hacia los demás.
Ama tu tiempo, cada segundo de tu día. Disfrútalo, incluso cuando haces lo que menos te gusta. Entiende por qué tienes la oportunidad de hacerlo. Aprende a decir NO a lo que no te beneficia. Retoma el control. Ámate.