¿Eres de las que suele quejarse porque no te alcanza el tiempo para hacer todo lo que quisieras hacer en la vida, para finalizar los proyectos que tienes en tu cabeza y cumplir tus sueños?
Si es así, quisiera llamarte tu atención en que te toma al menos tanta energía quejarte por lo que no puedes hacer con tu tiempo, que felicitarte por todo lo que haces con él.
Si en lugar de criticarte y juzgarte (o criticar y juzgar a los demás) por todo lo que quisieras hacer, pero que no haces -por falta de tiempo o por cualquier otra razón- te felicitas y te agradeces (o felicitas y agradeces a los demás) por todo lo que sí estás logrando, tu vida sería completamente distinta. No sólo la percepción de tu vida, sino el cómo la vives.
Te invito a que tomes lápiz y papel y escribas diez cosas que hiciste las últimas 24 horas.
¿Qué te parece lo que hiciste?
¿Minimizas lo que hiciste? ¿Tu cerebro te recuerda todo lo que no hiciste o lo que pudiste hacer mejor?
El primer paso para el cambio es la consciencia, porque si no somos conscientes de lo que queremos cambiar, de por qué queremos cambiarlo y de cómo sería nuestra vida mejor si cambiamos ese aspecto, el cambio no se realizará.
Así que te invito el día de hoy, a ir anotando todos tus logros -grandes o pequeños- que vayas alcanzando durante el día.
También anota cómo reaccionas ante esta lista. ¿Sueles subestimar tus logros y recordar lo que no hiciste? Si es así, felicítate por tu toma de conciencia. 😉