Poco importa qué tanto o qué tan poco hayas hecho durante el día, asegúrate de tomarte un tiempo antes de dormirte para recordarte todo lo que sí lograste hoy y para sentirte productiva (y orgullosa de ti por lo que hiciste).
No tienes que haber hecho mil cosas.
No tienes que haber trabajado de manera concentrada e ininterrumpida durante horas.
No tienes que haber logrado todos los TO DOs que te planteaste al inicio del día.
No tienes que haber usado ninguna técnica de gestión del tiempo.
No tienes que justificarte. No necesitas ningún requisito, sólo tu deseo de sentirte productiva, poderosa y orgullosa.
Cualquier motivo es bueno. Pruébalo ahora. Siéntete productiva. Practica a diario.
Si no te sientes productiva ahora, si no aprendes a desarrollar esa emoción, nunca lo lograrás, porque el ser productiva o no, no depende de la cantidad de cosas que hagas o logres en tu vida, sino de qué tan productiva crees que eres.