Cuando trazas objetivos o te propones hábitos nuevos o cualquier otro cambio en tu vida, siempre escucharás que es mejor hacer un cambio o hábito a la vez, que es mejor trazarse un objetivo en lugar de muchos. Pero, ¿por qué luchar contra el instinto natural de nuestra mente y de nuestra motivación, que es hacer varias cosas a la vez?
Si ya has intentado hacer esto antes, es decir, si ya has intentado instaurar muchos cambios a la vez, probablemente te has dado cuenta que ellos funcionan muy bien al principio, y que gracias a nuestra nueva inspiración, podemos transformar nuestra vida gracias a todos estos cambios… los primeros días. Luego, la motivación desaparece con tanta intensidad y rapidez como llegó, y volvemos a nuestra rutina de antes. Nos olvidamos de todas estas transformaciones, hasta nuevo aviso.
¿Por qué no podemos ser constantes con nuestras resoluciones?
Probablemente esto se deba a varias razones:
Primero es que si nuestro nuevo comportamiento se debe únicamente a la motivación, es decir, a nuestras ganas de cambiar, es necesario que sepas que la motivación es una emoción y que, como tal, no es constante e infinita.
La motivación, como cualquier otra emoción, depende de nuestros pensamientos. Por eso, es normal que ella fluctúe, como lo hacen nuestros pensamientos. ¿Quién se siente feliz 24 horas al día, 7 días a la semana? ¿Y quién se siente frustrada todo el tiempo, sin sentir otro tipo de emoción?
La otra razón por la que no deberíamos lidiar con más de un cambio a la vez es que nuestro cerebro debe realizar millones de funciones al mismo tiempo para mantenernos en vida, y esto sin contar los al menos 60.000 pensamientos diarios que genera.
Nuestro cerebro ha evolucionado para realizar el mínimo de esfuerzo adicional. Cualquier cosa que él considere como no esencial, va a evitar hacerlo, de manera de guardar energía cuando algo vital, más importante aparezca (como un depredador o cualquier situación de vida o muerte que se nos presente). Ante estas prioridades, el cerebro relativiza nuestras nuevas intenciones u objetivos. Por ello, manejar un cambio a la vez es más que suficiente trabajo para nuestro gran cerebro.
Como ya ves, estos dos factores (la fluctuación de la motivación y la economía de energía por parte del cerebro) dificultan la realización de cambios perennes. Por ello, es mejor concentrarse en uno a la vez y así darte mayor posibilidad de realizarlo: toda tu energía y toda tu motivación se concentrarán en un solo objetivo a la vez.