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Planifica los imprevistos

Un imprevisto es algo que, por definición, no puedes prever o anticipar; algo que desconoces que ocurrirá… hasta que ocurre.

Lo más lógico pareciera ser que no podemos hacer nada para preverlos, anticiparlos o prepararnos para cuando ocurran.

Sin embargo, la respuesta que yo propongo es más compleja.

De una parte, mientras más planifiques algo, más imprevistos podrás anticipar y mejor te podrás preparar para ellos. Por ejemplo, imagina que tengas que tomar tu auto o el transporte público para llegar a un lugar. No puedes saber si un caucho se espichará, si habrá un accidente en el camino o un problema en el metro; lo que sí puedes es tener un caucho de repuesto y saber cómo cambiarlo, salir con anticipación para llegar a tiempo y de manera serena, incluso si estos imprevistos (u otros) ocurren.

Otro ejemplo. Debes dar una conferencia o participar en una reunión importante a distancia. No puedes saber si habrá problemas con internet cuando empiece el evento o si la electricidad se va en tu edificio, pero sí puedes anticipar medidas para solucionar los problemas, como prever un segundo internet en tu casa, cargar completamente la computadora antes de comenzar o identificar otro lugar en donde instalarte, en caso de problemas.

Al tomarte el tiempo de analizar los peores escenarios posibles y cómo responderás ante ellos, tendrás menos estrés, más serenidad y mayor probabilidad de tener éxito en tu proyecto u objetivo.

Sin embargo, no puedes controlarlo todo. Incluso si puedes anticipar ciertos escenarios, tomar las medidas necesarias para prevenirlas pueden ser muy costosas (en tiempo, dinero y energía) y puede ser preferible no hacer nada.

En estos casos, tu mejor respuesta es aceptar el caos, la vida, las cosas como ocurran. Decirte que, quizás, eso es lo mejor que pudo pasar.

Luego, pregúntate si hay algo que puedes aprender la próxima vez, algo que puedes hacer mejor. Quizás ese algo sea, simplemente, aceptar mejor lo realmente imprevisible.