Si quieres ir más lejos, más rápido, debes evitar a toda costa repetir el mismo error.
Suena bastante evidente. Sin embargo, eso es lo que la mayoría de nosotras hacemos.
Primero, lo hacemos al no darnos cuenta de los errores que cometemos. A veces, evitamos ver nuestros propios errores porque el ego nos lo impide, porque nos duele mucho, porque huimos de nuestra propia crítica. Si no estamos conscientes que cometemos un error, el cambiarlo sería cuestión del azar y no consecuencia de nuestra propia voluntad.
En segundo lugar, cometemos el mismo error, porque no lo analizamos. No nos paramos a entender por qué lo hicimos, qué factores contribuyeron a que fracasemos en algo y qué debemos hacer distinto la próxima vez para obtener otro resultado.
Finalmente, repetimos un error, porque no actuamos para cambiar las causas que lo generaron. Esto puede requerir valentía, disciplina, empeño, valores que no siempre son los más solicitados, ni los que producen mayor placer. Ello explica que la mayoría de las personas prefieran continuar sus vidas tal como la han estado llevando, repitiendo una y otra vez los mismos errores.
¿Con cuál de las tres causas te identificas más?
Identifica un error que has cometido recientemente y escríbelo.
¿Cuáles fueron las causas que lo originaron? Siempre piensa en factores que sólo tú puedes manejar.
¿En qué sentido vas a actuar de manera distinta la próxima vez para evitarlo?