En el artículo anterior vimos que una manera inusual de ser más productiva, es decirle No a las obligaciones. Eso incluye a las obligaciones de hablar, estar o escuchar a las personas que no te elevan, ni te divierten.
Di NO a los demás.
Seguramente has escuchado este consejo, pero si te cuesta aplicarlo, te aseguro que no estás sola. Muchas personas sufrimos del síndrome de querer complacer a todo el mundo, olvidándonos de complacernos primero a nosotras mismas.
Creemos que esto es ser egoísta, y que ser egoísta es malo.
Te pregunto, ¿qué crees que pasa si dices que NO a los demás? ¿Qué va a pensar esa persona de ti? ¿Será que eso que ella piensa de ti, lo piensas tú respecto a esa persona o respecto a ti misma? Si es así, te propongo que primero comiences a cambiar el concepto que tienes de ti misma cuando le dices que NO a los demás. En lugar de llamarte egoísta (o un adjetivo igual de dañino), comienza a tratarte con más cariño y compasión.
Este consejo no se trata de darle la espalda a las personas especiales para ti, cuando lo necesiten; tampoco se trata de no ayudar a nadie. Se trata, de darte el derecho de no hacer, ni estar con quienes no lo desees.
No se trata de un privilegio, sino de un deber contigo misma y con tus sueños.