Cuando piensas que el tiempo no te alcanza para hacer todo lo que quieres lograr, que los días se hacen cortos y que nada avanza, haz lo siguiente:
- Lo primero que debes hacer es rectificar tus pensamientos. El tiempo es neutro; él no es bueno, ni malo, tampoco es mucho, ni poco. El tiempo simplemente es, y pasa.
Así que si quieres pensar algo sobre el tiempo, mejor míralo de manera positiva. Por ejemplo,
- en lugar de decirte “El tiempo no me alcanza”, dite “Hoy no hice todo lo que quería hacer”.
- en vez de decirte “No tengo mucho tiempo”, dite “Me llevé más tiempo de lo que pensaba haciendo esto. La próxima vez calcularé mejor”.
- Una vez que hayas rectificado tu relación con el tiempo y te sientas más serena, analiza qué pasó durante el día, que te llevó a pensar que el tiempo no te alcanzaba. ¿Cuánto tiempo pensaste que tal acción te tomaría vs cuánto te tomó? ¿Por qué lo hiciste en más tiempo? ¿Te distrajiste mucho o simplemente no calculaste bien el tiempo que eso te llevaría? ¿Qué podrías mejorar? ¿Qué decides aprender de esto?
- Anota todo lo que sí hiciste las últimas 24 horas o la semana pasada.
Muchas veces, cuando decimos que el tiempo no nos alcanza, en realidad lo que queremos decirnos es que no somos productivas, que no lo estamos haciendo bien.
En estos momentos es particularmente importante recordarnos todo lo que sí estamos haciendo bien, en lugar de repetirnos mil veces eso que no logramos terminar.
- Ahora, es tiempo de hacer algo bueno por ti. Haz algo simbólico que te reconcilie con el tiempo y con tu capacidad a hacer lo que quieres hacer: medita (aunque sea por 5 minutos), tómate un baño, haz unas respiraciones profundas, lo que sea. Lo importante es que refuerces el mensaje de que el tiempo sí te alcanza.