Actualmente me estoy entrenando para un triatlón. Nunca pensé que lo haría porque me da pavor ver a otros triatletas competir en el mar, en medio de las olas, y porque mis condiciones físicas, lo máximo que han permitido, es correr un maratón.
Era una opción que había, simplemente, descartado.
Pero hace dos meses me propusieron la posibilidad de inscribirme en una versión pequeña de un triatlón, y lo mejor de todo, la natación no sería en el mar, sino en una piscina. 😊
No dudé y dije que sí.
Cuando me entreno, siempre trato de dar más allá de lo que son las condiciones pautadas.
Por ejemplo, si tengo que correr 5km, me entreno para correr 7km.
Si la competencia es al aire libre (que son las condiciones ideales, si no llueve), entonces me entreno en un gimnasio con poco aire acondicionado.
Porque me digo que si soy capaz de lograrlo con condiciones difíciles, seré mucho mejor con condiciones más nobles. O, si las condiciones terminan siendo más difíciles que las originales, lo lograré de la misma manera.
Lo mismo debes hacer con cualquier proyecto que prepares.
No te prepares para lograrlo. Prepárate para lograrlo, incluso si las peores condiciones se presentan.
No te prepares para lograrlo. Prepárate para dar un resultado extraordinario.
Porque en la vida nada está garantizado. Y mientras más y mejor te prepares, mayor probabilidad de éxito tendrás.
No te prepares para lo mínimo. Prepárate para lo máximo.