Skip to content

La paradoja de la productividad

La paradoja de la productividad consiste en que, mientras más haces, mientras más métodos y técnicas de productividad aprendes y aplicas, mientras más herramientas de gestión del tiempo conoces, más productiva vas a ser, pero menos productiva te vas a sentir.

Como vimos en el artículo de ayer, eres tan productiva como lo crees. La productividad no puede medirse de manera universal. La productividad es una emoción que depende de tu capacidad a sentirte como tal.

Dos personas pueden tener el mismo nivel de productividad, es decir, pueden lograr lo mismo, al mismo tiempo, y no sentirse productivas de la misma manera.

Al contrario, mientras más productiva eres, vas a integrar ciertos hábitos, métodos y estándares en tu vida, que vas a considerar “normales”, básicos. Una vez que los domines, considerarás que ellos no te hacen necesariamente más productiva y querrás desarrollar nuevos hábitos, aplicar nuevos métodos y estándares y llegar a niveles más elevados de productividad, para sentirte realmente productiva.

Por esto es importante desarrollar desde ya, independientemente de cuánto logres, de cuántas distracciones tengas en tu vida, de cuán tarde llegues a tus citas, una sensación de productividad y progreso, una conciencia del valor del tiempo y del valor de cada uno de tus esfuerzos para aprovechar ese tiempo de manera beneficiosa para ti.

Sólo a partir de esa sensación de productividad, de abundancia del tiempo, podrás crear mayor productividad y podrás hacer más con tu tiempo, desde una perspectiva sana y equilibrada.

No se trata de engañarte, sino de reconocer tus esfuerzos para ser y sentirte más productiva.