Skip to content

Flexibilidad en la Disciplina

La disciplina es la capacidad de hacer, en cada momento, lo que dijiste que harías, y no lo que te provoca.

La disciplina es una de las características básicas de la productividad. Si no tienes disciplina, pocas veces terminarías de hacer lo que te habías propuesto, pocas veces lograrías tus objetivos y la mayoría de las ocasiones te distraerías con otras actividades.

Paradójicamente, la disciplina no puede funcionar sola para aumentar la productividad. Ella debe ser acompañada de una dosis de flexibilidad para poder ser productiva en el mundo real.

La flexibilidad implica que, al momento de planificar, identificas los posibles obstáculos que se te pueden presentar para lograr tu objetivo, y te adaptas a ellos, sin que ello represente un gran drama en tu vida. Estos obstáculos pueden ser una solicitud urgente de tu jefa, colegas que te piden ayuda, un cliente con un problema, un hijo (o tú) que se enferma.

Concretamente, la flexibilidad implica:

  • Identificar todos los obstáculos que te imagines, al momento de definir un objetivo, de trabajar en un proyecto o de planificar tu semana.
  • Agregar en tu agenda diaria un bloque de tiempo para imprevistos.
  • Agregar en tu agenda, también un bloque de tiempo para leer y responder a tus emails.
  • Planificar un tercio más de tiempo de lo que crees que cada tarea te llevará realizar.
  • Darle espacio y cabida a los imprevistos que no puedes anticipar y que no puedes controlar, sabiendo que ellos forman parte de la vida y que, de alguna manera, ellos también enriquecen tu vida.

Piensa en el yoga: requiere la disciplina de hacerlo regularmente para mejorarte, y al mismo tiempo, debes ser flexible con tu cuerpo.

Mientras más aceptas y acoges los imprevistos, mientras más flexible eres, tan flexible como disciplinada, mayor productiva, tranquila y feliz será tu vida.