¡Felicítate!
¿Qué hiciste hoy de bueno hacia ti o los demás? Responde a la pregunta y felicítate.
¿Qué hiciste hoy que te gustó haber hecho? Responde a la pregunta y felicítate.
¿Qué NO hiciste hoy que te gustó no haber hecho? Responde a la pregunta y felicítate.
¿Qué hiciste hoy de lo que te sientes orgullosa? Responde a la pregunta y felicítate.
Tenemos tan arraigado el hábito de criticarnos por lo que no hicimos, o lo que no hicimos tan bien como queríamos, por lo que no hemos logrado, que nos cuesta ver todo lo que sí hicimos bien, y lo que sí hemos logrado. Nos cuesta felicitarnos.
Sin embargo, lo que repites, persiste.
Mientras más te felicites, mientras más te das cuenta de las cosas buenas que haces a diario, más cosas buenas harás, más te felicitarás, en lugar de criticarte.
Felicítate por existir, por sobrevivir, por respirar.
Haces un excelente trabajo. ¡Bravo! ¡Continúa así!