Evaluar el día implica tratar de aprender algo de lo que pasó en él.
La evaluación de tu día consiste en identificar lo bueno y lo malo de tu actuación las últimas 24 horas, de manera de identificar qué puedes mejorar. Resalto el hecho de que vas a evaluar “tu actuación”, porque lo más importante cuando evalúas tu día no es identificar lo afortunada o desafortunada que fuiste en él, si los astros estaban alineados a tu favor o en tu contra, lo que los demás te hicieron o te dejaron de hacer, sino tu propio desempeño.
La evaluación del día se hace en cuatro etapas:
1. Escribe lo positivo, lo “bueno” que hiciste. Y por qué.
2. Escribe lo negativo, lo que no te salió como hubieses querido. Y por qué.
3. Escribe lo que aprendiste de esto y que harás mejor la próxima vez. Sé específica.
4. Si lo deseas, puedes escribir las cosas buenas que te pasaron, los momentos felices, lo que agradeces. Aquí sí puedes incluir las bendiciones que crees que se escapan de tu propia actuación.
No tienes que hacer una lista exhaustiva. Con una sola cosa es suficiente. Lo importante es que sea significativo para ti.
Éste es un consejo de oro que puedes aplicar cuando termines tu día, pero que también lo puedes implementar al culminar cualquier etapa o ciclo importante de tu vida: estudios, un puesto de trabajo, una relación o un proyecto.