Tener sentido de la urgencia es actuar, sin dejar de perder el tiempo innecesariamente.
El sentido de la urgencia no es estresarse, ni precipitarse. Es lo opuesto de procrastinar, pero tampoco es precrastinar.
El sentido de la urgencia es hacer lo que se tiene que hacer, la tarea más importante, sin dejarlo para más tarde, sin distraerse haciendo otras cosas, sin creer que es mejor esperar hasta tener más información, hasta estar más preparada, hasta que las condiciones sean mejores o hasta que tú estés más motivada.
El sentido de la urgencia es actuar con prontitud, actuar apenas defines qué hacer, apenas tengas las informaciones mínimas para avanzar, independientemente de tu nivel de motivación o de preparación.
¿Cómo saber si NO estás actuando con el sentido de la urgencia?
- Pasas la mayor parte del tiempo planificando, visualizando, creando una visión estratégica, en lugar de hacer el trabajo. La solución: La planificación es importantísima, pero no debería tomar más del 10% del trabajo total.
- Cada vez que tratas de trabajar en tu proyecto o actividad, te distraes fácilmente, y terminas trabajando o haciendo otra cosa. La solución: Cuando quieras distraerte, respira varias veces. Luego, decide si continúas trabajando en eso o si haces una pausa. Sólo una de las dos opciones. No trabajes en otra cosa, ni agarres tu celular.
- Te dices frases como “No es grave si no lo hago ahorita”, “Tengo toda la vida para hacerlo”, “Lo puedo hacer después”, “Es mejor que trabaje en esto otro ahora mismo”, etc. La solución: Reconoce estas frases que te dices constantemente. Mientras más consciente eres de tus propias frases y excusas, más fácilmente seguirás avanzando, sin perder tiempo.
- Te sientes constantemente desmotivada o con falta de información o de preparación, y te parece que es una buena excusa para no avanzar. La solución: Avanza con el nivel de motivación, información y preparación que tengas. Todo esto aumentará mientras avances en tu proyecto.
- Te da miedo empezar, porque te da miedo fracasar. La solución: El miedo puede ser señal de que eso que quieres lograr es nuevo o importante para ti. Actúa, a pesar del miedo.
- Crees que la duda es otra señal de que es mejor no continuar, que debes parar, informarte más o prepararte mejor. La solución: La duda puede ser normal y sólo es señal de que no estás segura de cómo hacerlo y de si lo lograrás.
- Puedes comenzar algo y nunca terminarlo, ya sea porque siempre le consigues detalles que mejorar o porque avanzas con lentitud. La solución: Ponte una fecha límite antes de empezar, agrégale un tercio del tiempo para obstáculos imprevistos y planifica la actividad siguiente en tu agenda, para recordarte que no puedes continuar en la anterior por siempre.
¿Cuáles son tus razones preferidas para no actuar con prontitud, con sentido de la urgencia?
¿Cómo vas a actuar a partir de ahora cuando esas razones aparezcan de nuevo en la escena?