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El poder de las palabras (1)

Las palabras que pronunciamos son intangibles e invisibles. No son permanentes (en apariencia) y aunque sí las podemos oír, muchas veces no todos escuchamos, ni entendemos lo mismo.

Sin embargo, nuestras palabras (las que pensamos y decimos) son muy poderosas. Pueden dejar huellas por siempre. Pueden transformar una relación e, incluso, la Historia de la humanidad. ¡Así de fuertes son!

Si pueden cambiar el curso de todo un país, imagínate lo que pueden hacer con el curso de tu propia vida.

Por ello, comienza a escuchar las palabras que te dices a ti misma. ¿Cómo te hablas? ¿Qué les dices a los demás de ti? ¿Cuáles son esas afirmaciones que nunca pones en duda?

¿Te repites que hay tiempo suficiente para hacer todo lo que quieres? ¿Que eres capaz de lograr lo que te propones? ¿Que tienes una salud/disciplina/fuerza de acero? ¿O tiendes más bien a tener un discurso negativo y pesimista hacia ti misma, hacia los demás y el mundo, en general?

Te propongo que hoy escuches con mayor atención las cosas que te dices – e idealmente que anotes algunos de esos pensamientos – sin juzgarte por ello.

Si al darte cuenta de que tus palabras suelen ser negativas, no agregues leña al fuego, criticándote por tener un discurso negativo hacia ti o los demás. Por encima de todo, ten mucha compasión y cariño hacia ti. Recuerda que repites hábitos que has aprendido (probablemente de tu entorno) y que mantienes de manera automática. Es normal que actúes así.

Es posible cambiar y vale la pena el esfuerzo, porque los pensamientos constructivos son los que van a generar el resultado que tú tanto deseas.