Al definir un objetivo ambicioso, y lograrlo, sentirás la satisfacción que viene con ese logro. Pero eso será una consecuencia secundaria de convertirte en la persona con quien sueñas ser.
Lograr un objetivo, por muy importante que sea ese objetivo o muy gratificante que sea su logro, no es el objetivo final.
Tu objetivo final es convertirte en el tipo de persona que logra ese objetivo y que trabaja incansablemente por él.
El objetivo de tu objetivo es hacer que trabajes esas habilidades que te permitirán lograr lo que quieras en la vida, resolver cualquier problema que se te presente, tener la actitud y la mentalidad necesarias para vivir una vida plena.
El objetivo de tu objetivo es ayudarte a enfrentar tus miedos y tus propias limitaciones, y entrenar tu mente para que no te sabotee constantemente.