Si estás atenta, te darás cuenta a lo largo del día, de los errores que cometes o de las oportunidades para hacer las cosas aún mejor: una mejor manera de producir un reporte, un error que cometiste en el trabajo, una reacción que tuviste y de la que no estás muy orgullosa… En fin, muchas ocasiones que se pueden convertir en oportunidades de mejoras, a condición de no dejarlas pasar y de decidirte utilizarlas como fuente de progreso.
Y para eso, al menos, para no dejarlas pasar, te recomiendo lo siguiente: mantén un diario de tus errores, que también lo puedes llamar el diario del progreso o diario de las oportunidades.
Para llevarlo a cabo, solo debes tener siempre contigo un lugar para anotar esas ideas, errores, fuentes de mejora, cada vez que te des cuenta de la presencia de una.
Puedes utilizar una pequeña libreta (no muy grande, para no tener excusa de no llevarla contigo a todas partes) o tu propio celular.
No esperes el final del día para anotar todas tus ideas brillantes. Anota cada día apenas surja, pero tómate un momento al final del día para madurar tu idea e identificar los mecanismos a poner en práctica para transformarla en acción.