Piensa en una palabra que te define, que define quién eres.
Por ejemplo, puede ser aventurera, creativa, divertida, tímida, perezosa, extrovertida. Lo que quieras.
Ahora, piensa en alguna característica de tu personalidad que quieras desarrollar. Osada, audaz, agradecida, competente, disciplinada. Lo que quieras.
¿Sabes cómo desarrollaste esa característica de tu personalidad que tienes ahora y cómo puedes desarrollar la que definiste?
Gracias al ciclo de la identidad.
El ciclo de la identidad consiste en que:
- Tu identidad está definida gracias a (1) las acciones que realizas de manera repetida y (2) a tus creencias sobre quién eres.
- Tus acciones refuerzan tus creencias sobre ti misma. Y tus creencias sobre ti misma refuerzan tus acciones.
Por ejemplo, imaginemos que crees que eres una pésima oradora. Según el ciclo de la identidad, el hecho de que te creas una pésima oradora, proviene de que piensas eso de ti, y como lo crees, vas a evitar hablar en público o te pondrás muy nerviosa al hacerlo. Pero el hecho de que te pongas nerviosa no es porque tienes el gen del pésimo orador, sino porque crees que será así.
Para poner a trabajar este ciclo a tu favor, te recomiendo que hagas dos cosas:
- Comienza a cambiar tus pensamientos sobre ti misma. Puede ser algo como “Quizás sí pueda, algún día, ser una mejor oradora”. O “Es posible mejorar en esta área”.
- Realiza acciones que refuercen esta identidad. Por ejemplo, tomar cursos de teatro o de comunicación o participar en reuniones de equipo, si no lo haces.