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El cansancio físico y mental

Éste es una serie de artículos preparados a partir del libro El poder de la atención, de Johann Hari.

No porque tus ojos estén abiertos, tu cerebro está despierto.

Si te mantienes despierto durante 19 horas seguidas, eres tan capaz de concentrarte y pensar de manera clara, como un borracho.

Cuando las personas se mantienen despiertas más de lo que deberían:

  • La primera habilidad que desaparece es la de mantener la atención, incluyendo para las tareas más elementales.
  • Disminuye su capacidad para pensar claramente.
  • El cerebro toma hasta 10 veces más tiempo en responder a algo.
  • La presión sanguínea aumenta.
  • Querrás comer más comida chatarra y más azúcar para tener energía rápida.
  • La creatividad disminuye.
  • La memoria sufre.
  • La capacidad de su cerebro para repararse se ve afectada.
  • El estrés aumenta. Los sueños ocurren el período REM (de rapid eye movement) y este período llega a las 7 u 8 horas de sueño. El tener sueños también ayuda a adaptarse emocionalmente a los eventos. Cuando sueñas, puedes revisitar momentos estresantes, pero sin las hormonas del estrés en tu sistema. Con el tiempo, esto hace que sea más fácil manejar el estrés.

Durante el sueño, tu cerebro se limpia de la basura que ha acumulado durante el día.

Durante el sueño, los canales del líquido cefalorraquídeo se abren más y eliminan los desechos metabólicos del cerebro. Cada noche, cuando te vas a dormir, tu cerebro es lavado y este fluido, que arrastra proteínas tóxicas, las lleva al hígado para que éste los deseche. Si no te puedes focalizar bien, quizás sea porque tienes mucho desecho circulando en tu cerebro.

El cerebro solo dispone de energía limitada y solo puede escoger entre dos estados diferentes: despierto y consciente o dormido y limpiando. Es como tener una fiesta en tu casa: o entretienes a los invitados o limpias la casa, pero no puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo.

¿Cómo solucionar el déficit del sueño?

La invención del bombillo ha alterado nuestros ritmos internos. Cada vez que prendemos la luz, estamos tomando una especie de droga que afecta la manera en la que dormimos.

Actualmente estamos expuestos a diez veces más cantidad de luz artificial de lo que la gente estaba expuesta apenas 50 años antes.

Necesitas limitar radicalmente la cantidad de luz a la que te expones justo antes de irte a dormir.

No deberías tener ninguna fuente de luz artificial en tu cuarto y evitar la luz azul de las pantallas al menos dos horas antes de irte a la cama.

Deja tu teléfono cargar en otra habitación durante la noche, en lugar en el que no puedas verlo, ni escucharlo.

Asegúrate de que tu habitación tenga la temperatura correcta: ésta debe estar fresca; casi fría, para facilitar el sueño.