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Cómo manejar tus emociones

Para aprender a manejar tus emociones, te invito a seguir esta guía en tres pasos: observa las emociones, hazle preguntas y actúa. Parece fácil, pero no siempre lo es. 

Aunque hay cada vez más conciencia sobre la importancia de las emociones, en nuestra cultura aún predomina la creencia de que hay buenas y malas emociones, emociones positivas y otras negativas y que una persona fuerte, inteligente y madura, no debe sentir -y mucho menos expresar- las incorrectamente llamadas “emociones negativas”. 

Te invito a revisar juntas los tres pasos para aprender a manejar nuestras emociones.

Obsérvalas

El primer paso para manejar tus emociones es observarlas, es decir, identificar que tienes una emoción y que quieres aprender a manejarla de manera distinta.

Hazle preguntas

Algunas preguntas que puedes hacerte cuando sientes una emoción que quieras analizar y aprender a manejar, son las siguientes:

  • ¿Cómo se llama? Dale un solo nombre: alegría, orgullo, celos, rabia, etc. Si ante una misma situación sientes varias emociones, es importante que las identifiques una a una, porque cada emoción significa algo distinto y viene de una creencia diferencia.
  • ¿Dónde la sientes? ¿En qué parte de tu cuerpo está presente? Las emociones son vibraciones en tu cuerpo, ante pensamientos que tienes, que desencadenan una reacción química en tu cuerpo, por lo que es importante que reconozcas en qué parte de tu cuerpo sientes más esa reacción o vibración. 
  • ¿Se mueve o está en un punto fijo?
  • ¿De qué color, tamaño, temperatura y textura es?
  • ¿Qué antecedió la emoción? ¿Qué evento ocurrió antes de sentir esa emoción? ¿Qué personas estuvieron implicadas ahí?
  • ¿Qué pensamiento tuviste antes de sentir tu emoción? ¿Qué pensamientos tuviste respecto al evento que antecedió la emoción o las personas involucradas?
  • ¿Qué piensas respecto a tu emoción y la manera en la que la manejaste?

Estas preguntas te permitirán familiarizarte con tu emoción, poder sentirla y dejar que te acompañe todo el tiempo que sea necesario, sin huir de ella. Esto, poco a poco, te hará retomar el control.

Actúa

Las emociones agradables (alegría, entusiasmo, fe, etc.), son el resultado de una experiencia que te resultó positiva, una especie de premio por una buena acción, que debes repetir. Ellas me dicen que realicé una buena acción. 

Las emociones desagradables (rabia, rencor, envidia, etc.) son un llamado a la acción para que modifiques el pensamiento, la actitud y el comportamiento que la generó.

En conclusión, para manejar una emoción debes aprender a observarla e identificarla, hacerle preguntas para aprender de ellas y actuar, ya sea repitiendo el pensamiento y comportamiento que generó la emoción agradable, o modificándolo, hasta obtener la emoción agradable que deseas sentir.

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