Para que tu día (o lo que queda de él) sea súper productivo, te invito a seguir estos consejos:
N°0 – Duerme bien
Dormir bien y suficiente. Dormir es la base de la productividad. Si no estás descansada, no puedes activarte y si no estás activa, tu cerebro no se puede concentrar, ni puedes pedirle que sea creativo, ni productivo.
N°1 – Come bien
Nutre tu cuerpo en la mañana, con los mejores elementos, hasta que estés saciada. Recuerda que el principal nutriente de tu cerebro es la glucosa. No te alimentas solo para tu cuerpo, sino también para tu cerebro. Y tu cerebro es tu principal herramienta de producción.
N°2 – Muévete
Si puedes, empieza tu día con algún tipo de actividad aeróbica, es decir, algo de ejercicio que te exija usar tus pulmones. Puede ser salir a correr, caminar rápido, subir las escaleras de tu oficina con la mayor velocidad que puedas, saltar la cuerda. Lo que sea. Cuando te mueves, le mandas oxígeno a tu cerebro. Y, ya lo sabemos, el cerebro es tu principal herramienta de productividad.
N°3 – Trágate el sapo
Identifica la actividad más importante que decides realizar durante el día (el sapo) y realiza esto a primera hora de la mañana.
Idealmente trabaja 90 minutos continuos en esta actividad; luego descansa durante 15 minutos y vuelve a trabajar, sin distracciones, 90 minutos más.
N°4 – Planifica tu día
Luego de identificar tu tarea más importante del día (tu sapo), planifica el resto del día, incluyendo los momentos de descanso y de distracciones, las reuniones, el tiempo de transporte y otras actividades que deseas -y puedas- hacer hoy.
N°5 – Prepara tu ambiente de trabajo
Un ambiente limpio y despejado te ayudará a concentrarte mejor.
Cuando limpias tu escritorio físico (y el de la computadora), cuando solo tienes a la vista aquello con lo que vas a trabajar, cuando cierras los archivos inútiles, guardas los papeles que no necesitas en ese momento, le estás mandando un mensaje claro a tu mente de que hay una sola cosa de la que debe ocuparse: el trabajo que vas a comenzar.
N°6 – Mantén papel y lápiz a tu lado
Ten siempre contigo un papel o bloc de notas y un lápiz. Utilízalos cada vez que se te venga una idea a la cabeza: algo que debas hacer, un recordatorio, una idea brillante relacionada, o no, con lo que estás haciendo. De esta manera, evitarás para lo que haces para hacer lo que se te acaba de ocurrir, o tener esa idea en la cabeza, mientras trabajas en algo más.
N°7 – Aprende a Enfocarte
Utiliza mi guía Enfócate, antes y durante cada sesión de trabajo del día, para maximizar tu productividad.
N°8 – Respira
Antes de empezar a trabajar, focalízate en tu respiración. Tómate el tiempo para sentir el aire que entra y que sale de tu nariz. Hazlo 2 ó 3 veces. Repite esto cada vez que inicies una sesión de trabajo.
Asegúrate de comenzar a trabajar solo cuando sientas el entusiasmo, la motivación y la inspiración desbordar en ti.
N°9 – Háblate bonito
Antes de comenzar a trabajar, dite frases que resuenen contigo y que te hagan sentir productiva.
Usa frases como éstas:
“Trabaja lo mejor que puedas trabajar”
“Conviértete en la persona más productiva que conozcas”
“¡Hazlo ahora!”
“¡Disfruta tu trabajo! Solo quien disfruta su trabajo, logra el éxito.”
N°10 – Monitorea tu día
Si quieres puntos extras de productividad, monitorea tu día. Con esto quiero decir que en una hoja de papel o en un archivo de Excel, escribas cada una de las actividades que haces, a qué hora la inicias y a qué hora la terminas. El simple hecho de monitorear tu día y el tiempo que pasa en cada cosa (incluyendo las distracciones), aumentará tu capacidad de focalización y, por ende, tu productividad.