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Celebra tu vida

Hoy quiero hablarte de la importancia de celebrarte. Aquí no hablo de celebrar lo que hiciste, ni de celebrar tus éxitos, que también son prácticas que recomiendo, pero que no se tratan de las únicas celebraciones a las que tienes derecho.

Aquí te hablo de celebrarte a ti como persona, por el simple hecho de nacer y de existir en este momento.

Para este tipo de celebración, no necesitas ninguna justificación, ni motivo. No tienes que llenar ningún requisito, no tienes que hacer el bien a los demás, ni haber cumplido ninguna de las expectativas de tus padres, ni la sociedad; no tienes que ser bondadosa, generosa, ni particularmente talentosa. Lo único que necesitas es estar en vida.

Piensa en la vida como un regalo que te hicieron. Imagina que le das un regalo a otra persona y que esa persona, en lugar de celebrar y alegrarse por él, comienza a decir que no es suficiente, que debería tener esto o aquello de más, que no es tan bonito, tan alto, tan flaco o tan gordo como los otros regalos. ¿No preferirías que el sentimiento primario de la persona a la que le das el regalo fuese el del agradecimiento y la celebración?

Eso es lo que yo creo que es la vida: un regalo que nos dio Dios (la Vida, el Universo o como prefieras llamarlo) y que tenemos, no para maltratar o criticar, sino para apreciar, agradecer, respetar y amar.

Si el concepto te gusta pero te parece muy abstracto, a continuación te doy unos consejos para lograrlo:

  • Agradece por tu vida al despertarte en la mañana.
  • Agradece por tu vida al acostarte en la noche. Poco importa lo que hayas hecho en el día o lo bien o mal que te haya ido. Piensa en las cosas buenas que te pasaron o en lo que hayas hecho y que te hagan sentir particularmente orgullosa de ti, y agradece por eso también.
  • Durante el día, agradece por el regalo que es tu vida, cada vez que te recuerdes.
  • También puedes elegir un momento especial para hacerlo (además de al despertarte y al acostarte):cuando te metes al baño, al comer tu primer bocado, al ponerte los zapatos, al terminar tu día de trabajo, etc.
  • Una vez por semana, cómprate una flor, con el único objetivo de celebrar tu vida.
  • Al celebrarte, debes sentir esa emoción; algo similar a lo que sentiste cuando te regalaron algo que te gustó muchísimo. ¿Ya lo recuerdas? ¿Qué sentiste? ¿En qué parte de tu cuerpo lo sentiste?

Ahora, te invito a que en estos momentos, celebres tu vida, te celebres tú. Haz tu mejor intento. No busques razones para hacerlo. Agradece por la vida que tienes y celébrala, porque es el mejor regalo que te han dado y te siguen dando en cada instante.

En lo que te quede de día, proponte celebrarte tanto como puedas: cada cosa que haces bien y las que haces mal también (porque al menos las hicistes y porque aprenderás así), pero sobre todo, proponte a celebrar tu vida.