La celebración, el sentir una emoción positiva cuando haces algo, es lo que hará que quieras repetirlo.
Es así como los hábitos se forman, buenos o malos.
Es, gracias a la celebración, y el aumento de dopamina que ella genera, que el circuito de recompensa en el cerebro se activa.
Por ello, si quieres mejorar tu gestión del tiempo, comienza identificando qué estás haciendo bien, en qué aspectos ya estás manejando bien tu tiempo. Busca los detalles. Sé específica.
A lo largo del día, identifica los momentos en los que haces algo positivo con tu tiempo. Algunos ejemplos:
- Saliste de tu casa cuando dijiste que lo harías.
- Llevaste a la hora a tu cita.
- Durante 10 minutos trabajaste exclusivamente en un tema, sin distraerte por nada.
- Miraste tu agenda del día antes de comenzar la jornada.
- Planificaste el día de mañana.
- Hoy hiciste algo que dijiste que harías durante el día.
- Hiciste algo que te gustaba y que te hace feliz.
Luego, haz algún gesto o dite alguna frase para marcar tu victoria, tu celebración. Lo importante es que sientas exitosa y que te reconozcas que lo estás haciendo bien. Puede ser un “Bravo” que te digas a ti misma, una sonrisa porque lo lograste, un pequeño gesto con la mano.
Hay miles de maneras en las que podemos celebrar quiénes somos y cómo utilizamos nuestro tiempo. También hay miles de maneras en las que podemos criticar quiénes somos y cómo malgastamos nuestro tiempo. Mientras más te focalices en cualquiera de las dos opciones, más de eso crearás en tu vida.
Si has notado que tienes tendencia a criticarte por lo mucho que procrastinas, lo malo que manejas tu tiempo, lo irresponsable o impuntual que eres, quizás sea un buen momento de comenzar a practicar algo diferente.
Empieza a reconocer las pequeñas cosas que haces bien y a celebrarlas. Siéntete bien por lo que haces bien.