En el artículo “El tiempo no me alcanza”, vimos en qué sentido la falta de tiempo puede ser considerada como algo positivo. Y es que si los problemas sirven de algo, es para conseguirles soluciones y aprender nuevas -y mejores- maneras de funcionar, gracias a ellos.
Hoy quisiera seguir ahondando en este tema. Hoy te invito a reflexionar y completar esta frase: “El tiempo no me alcanza para…”
Es decir, ¿qué quisieras hacer de más y que actualmente no te da tiempo hacer?
Toma una hoja de papel y un lápiz y responde a esta pregunta.
Sé lo más específica que puedas.
Responde, exactamente, para qué quisieras tener más tiempo. Si piensas, por ejemplo, que quisieras más tiempo para “disfrutar más de la vida”, escribe qué significa eso para ti: ¿se trata de ir al cine una vez a la semana, de practicar un pasatiempo que te guste, viajar, pasar tiempo con tu familia o contigo misma?
Ahora, si te pido elegir lo más importante para ti en esa lista, ¿qué sería? ¿Qué generaría un mayor cambio y transformación en ti?
Finalmente, agrega esa actividad en tu agenda. Hazle espacio antes que cualquier otra cosa.
¿Qué tendrías que eliminar, delegar, hacer de manera distinta o hacer en menos tiempo para poder agregar la otra actividad en tu agenda?
Si tu vida dependiese de ello, ¿qué otra cosa vas a sacrificar por eso?
Por ejemplo, yo quisiera hablar más tiempo con mi familia. Entonces, en lugar de tomarme una hora de almuerzo con mis compañeros de trabajo, voy a comenzar a almorzar en media hora y el resto del tiempo hago una caminata meditativa, mientras hablo con mi familia, y esto, 2 veces por semana.