En Enamórate de tu buena gestión del tiempo vimos lo importante de recordarte lo bien que sabes manejar tu tiempo.
Ésa es la primera parte de una relación sana con el tiempo.
Esto no quiere decir que sólo veas lo positivo y que hagas la vista gorda con el resto.
Brooke Castillo dice que la vida es 50-50, 50% positivo y 50% negativo.
Ahora bien, reconocer aquello que haces y que no te gusta, es un arte que probablemente debas aprender.
¿Cuáles son aquellos aspectos que menos te gustan de tu manera de manejar tu tiempo? ¿Es la tendencia a la procrastinación o más bien te distraes mucho con tu teléfono y pasas horas viendo las redes sociales? ¿Te acuestas tarde viendo series y se te hace difícil despertarte la mañana siguiente? ¿Tienes tendencia a dejarlo todo a última hora, con toda su cuota de estrés?
Ahora te pregunto, ¿el criticarte estos aspectos constantemente ha hecho que los resuelvas o que te mejores?
Probablemente la respuesta sea negativa.
Dicen que lo que resiste, persiste. Y esto no es la excepción.
Criticarte constantemente por no cambiar un hábito, no es la mejor manera de cambiarlo.
Es importante reconocer lo que uno hace y que no es beneficioso para uno. Pero más importante aún, es hacer esta observación con amor y compasión. Entender en qué ha sido beneficioso para ti (quizás te encante esa serie de Netflix que te hace quedarte hasta tarde, en lugar de ir a dormir o preferías hacer otras cosas antes de ponerte a trabajar en eso que procrastinabas), forma parte de ese trabajo.
Las preguntas que te hago y que te ayudarán con estos cambios son:
1. ¿Con qué nuevo hábito quieres reemplazar ese anterior, que no es beneficioso para ti?
2. ¿Estás dispuesta a cambiar esos beneficios que obtenías por otros nuevos?