La proactivación y la anti-procrastinación son dos cosas distintas.
La proactivación consiste en ser proactiva, es decir, en anticipar las situaciones (objetivos) y los problemas (obstáculos) y trabajar en ellos, es decir, en buscar lograr nuestros propios objetivos, sin que nadie nos obligue a alcanzarlos, o nos imponga los suyos. También implica buscar evitar o disminuir los obstáculos.
La anti-procrastinación consiste en no dejar para más tarde lo que se puede hacer desde ahora, y esto, de manera recurrente, especialmente en los aspectos relacionados con la productividad individual.
Para ser productiva y lograr tus metas, necesitas de los dos: ser proactiva y no procrastinar lo prioritario.
Son elementos distintos, pero complementarios. No basta dejar de procrastinar las tareas. Esa es una habilidad esencial, pero si no eres también proactiva, siempre estarás trabajando en las emergencias.