Cuando crees que el tiempo no te alcanza, cuando la desesperanza va ganando la batalla. Cuando crees que no hay otra solución y que las cosas no cambiarán, recuerda leer estas palabras del Eclesiastés. No sólo hay tiempo para todo, sino que todas las experiencias son necesarias en la vida.
Se trata de aceptarse en las altas y bajas, en lo que consideramos bueno y malo.
Se trata de aceptarlo todo y de saber que siempre hay tiempo para todo.
Todo tiene su momento oportuno;
hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:
tiempo para nacer y tiempo para morir;
tiempo para plantar y tiempo para cosechar;
tiempo para matar y tiempo para sanar;
tiempo para destruir y tiempo para construir;
tiempo para llorar y tiempo para reír;
tiempo para estar de luto y tiempo para bailar;
tiempo para esparcir piedras y tiempo para recogerlas;
tiempo para abrazarse y tiempo para apartarse;
tiempo para buscar y tiempo para perder;
tiempo para guardar y tiempo para desechar;
tiempo para rasgar y tiempo para coser;
tiempo para callar y tiempo para hablar;
tiempo para amar y tiempo para odiar;
tiempo para la guerra y tiempo para la paz.