Ser productiva no es HACER muchas cosas; es LOGRAR lo que se desea.
Al terminar exitosamente una actividad, liberamos dopamina, una hormona que actúa como un sistema de recompensa del cerebro, e induce una sensación de felicidad. Es por ello que nos gusta sentirnos productivas, nos gusta hacer cosas.
Hacer es más fácil que lograr, porque puedes hacer cosas que te gustan, que te provocan, que te generan placer; en cambio, cuando logras algo que valga la pena, probablemente deberás hacer cosas que te provoquen menos, que te saquen de tu zona de confort.
El hacer cosas no necesariamente nos lleva a lograr nuestros objetivos, y cuando esto es así, la frustración aparecerá. Estás frustrada cuando te preguntas constantemente por qué no logras lo que quieres, pese a las horas que le estás dedicando; por qué si trabajas tanto no estás viendo resultados.
Si el hacer no te acerca al lograr, te va a frustrar.
El hacer genera un placer a corto plazo, mientras que el lograr está asociado con el largo plazo.
Si quieres ser realmente productiva, pregúntate: “¿hago muchas cosas o logro lo que quiero?”