¡Date tiempo para no hacer nada!
Cuando hablo de no hacer nada no me refiero de ver una película o algún video divertido, de darse un masaje o, de manera general, sumergirse en una actividad de entretenimiento o de ocio.
Cuando hablo de no hacer nada, me refiero sentarse o acostarse a no hacer nada, a vagar y divagar, sin planes ni objetivos de ningún tipo.
Este consejo, obviamente, no se lo daría a cualquier persona, pero si estás leyendo estos artículos sobre la gestión del tiempo y la productividad, probablemente eres el tipo de persona que sueles hacer bastante, quizás demasiado.
Quizás buscas aquí los mejores consejos de gestión del tiempo y productividad porque eres una persona ambiciosa, que quiere hacer más y más. Y lo último que esperas es escuchar que debes parar y no hagas nada por unos momentos.
Y, sin embargo, eso es justamente lo que te propongo. Porque para ti, dejar tus largas listas de TO DOs y tus innumerables objetivos y dedicarte a no hacer nada, es un lujo que poco te permites disfrutar.
Pero, ¿por qué descansar y no hacer nada en pleno día?
- Dejar descansar tu cerebro te permite acceder a la parte más creativa que hay en él. Las probabilidades de que consigas la solución a algún problema o una mejor manera de hacer las cosas aumentan luego de un período de quietud.
- Cuando te la pasas en un corre corre, de una cosa a la otra, sin descansar realmente, te repites consciente o inconscientemente que no tienes tiempo, que el tiempo es muy limitado, lo que aumenta tu nivel de estrés crónico y empeora tu capacidad para tomar buenas decisiones. Al contrario, cuando te tomas tiempo para no hacer nada y realmente no pensar en ningún proyecto en particular, estás mandándote el mensaje que tienes tiempo, que éste abunda y que, justamente, puedes tomarte el tiempo para analizar con calma las decisiones a tomar.