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Simplifica para profundizar

En el artículo anterior vimos la importancia de simplificar tu vida, desde varios aspectos (las necesidades, los problemas, las acciones) para vivir una vida de mayor significado.

En este artículo quisiera hablarte de otro aspecto de la simplificación de la vida.

Cuando simplificas cualquier aspecto de tu vida, estás liberando espacio, tiempo y energía, que puedes dedicar para:

1/ Ocupar este espacio, tiempo y energía con otras cosas iguales o similares, y volver a complicar tu vida, o

2/ Ocupar este espacio, tiempo y energía para profundizar y amplificar aquello que es importante para ti, lo que te genera valor, lo que te genera alegría.

3/ No ocupar ese espacio, tiempo y energía, con nada.

Cuando liberas tu clóset de ropa que ya no te gusta, no cometas el error de volver a llenarlo con ropa nueva, que tampoco te llene. Tampoco cometas el error de llenarlo con ropa que te guste, pero que sea tanta, que no te permita ver, ni disfrutar, toda la ropa bonita que ya tienes. ¿Qué tal si no llenas ese clóset con nueva ropa? ¿Qué tal si te permites dejar vacíos que te dejen apreciar la ropa que ya tienes?

Lo mismo pasa con la vida. Si te deshaces de todo lo que tienes y que no te gusta (problemas, actividades, amistades, etc.), te propongo dos opciones:

  1. Solo agregar más de lo que más te gusta y te haga bien.
  2. No agregar nada más y permitirte el placer de una vida simple.

Un ejercicio que puedes hacer es escribir todas las cosas, pensamientos, actividades y personas que no te gustan, que te quitan energía, que haces por obligación y que te gustaría hacer menos o no hacer para nada.

Al lado de cada elemento de la lista anterior, escribe con qué te gustaría reemplazar eso. Te aconsejo que en la columna de la derecha, la nueva columna, no escribas nada en ciertas ocasiones. Esto es lo que hará que simplifiques tu vida, que profundices el significado de lo que ya haces, de las amistades que ya tienes, de los pensamientos que produces.