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El confinamiento de los niños

Éste es una serie de artículos preparados a partir del libro El poder de la atención, de Johann Hari.

Un niño necesita correr y jugar. El ejercicio expande conexiones cerebrales, fortalece el córtex frontal y los químicos de la autorregulación.


Cuando los niños juegan, aprenden habilidades esenciales:

  • Crear un juego
  • Negociar con otras niñas para jugarlo
  • Leer señales sociales
  • Resolver turnos
  • Tolerar frustración
  • Construir creatividad e imaginación

El juego tiene impacto en tres áreas clave: creatividad, vínculos sociales y alegría.
El juego libre se ha convertido en juego supervisado, como la comida procesada: vacío de valor.

Hoy les decimos: este es el entorno, ya está mapeado, deja de explorar. Eso es lo contrario de lo que debe ser la infancia.

En 2004 se descubrió que las niñas estadounidenses pasaban 7,5 horas más en tareas académicas que 20 años antes. En un mundo donde la información cambia todo el tiempo, ¿para qué saturarlas de datos?

Si van a convertirse en adultas capaces de tomar decisiones y prestar atención, necesitan libertad e independencia crecientes.

No es un fallo de ellos que su atención sufra: es un fallo del entorno que creamos.