La productividad es hacer más de lo que es importante para ti, en menos tiempo, con mayor calidad o mayor disfrute. O varios de estos factores combinados.
La hyper productividad es:
- Querer hacer siempre más y en menos tiempo.
- Nunca estar satisfecha con lo que lograste hacer en un día, porque “siempre hay más cosas por hacer”.
- Vivir en una corredera constante, en lugar de una planificación exitosa.
- Asociar tu valor como persona con la cantidad de actividades que eres capaz de realizar, o con el poder hacer más que los demás.
- Decirle Sí a cada proyecto, solicitud, tarea que otras personas te pida, por miedo a decepcionarlos, por querer complacerlos o porque tú sí sabes ser productiva.
- Hacer multi-tasking.
- Pretender que puedes hacer más de lo que realmente eres capaz de hacer. Y pagar las consecuencias a largo plazo.
- Pensar que el hacer es más importante que el ser.
- Sacrificar tu sueño, de manera sistemática, para avanzar ese proyecto.
- Priorizar tu lista de TO DOs a tu salud física y mental.
- Realizar todo lo que puedes (o lo que te provoca), sin tener sentido de tus prioridades.
Como verás, la hyper productividad es una distorsión de la productividad. No es la manera sana de ser productiva, ni la que yo te recomiendo.
¿Cuál es tu tendencia actual?
¿Tratas de ser productiva o hyper productiva?
La productividad y la hyper productividad son conceptos opuestos. Cuando eres productiva, se nota en tu manera de ser, porque eres una persona alegre, serena, realizada. Cuando eres hyper productiva, estás estresada constantemente, amargada, porque no disfrutas lo que haces, y te sientes estancada, porque no realizas lo prioritario.