Aunque creemos que somos seres principalmente racionales, son las emociones las que manejan nuestras decisiones.
Si estamos emocionadas con un producto, lo vamos a comprar, así no lo necesitemos o sepamos que sea extremadamente caro o no contemos con el dinero. Si estamos enamoradas, somos capaces de casi cualquier cosa -incluso de transformarnos en quienes no somos- por la otra persona, mientras el amor sea muy fuerte. Si estamos cansadas o aburridas, no vamos a tener suficiente fuerza de voluntad para construir nuevos hábitos saludables, sino que caeremos en los hábitos nocivos con los que nos sentimos más cómodas.
Por estas razones, es importante aprender a maneras las emociones.
Imagina que las emociones y los pensamientos racionales están sentados en el mismo carro. Los pensamientos racionales indicarán a dónde debes ir y cuál es la mejor ruta que se debe tomar para llegar ahí. Pero son las emociones las que estarán detrás del volante; por lo tanto, son ellas las que decidirán qué camino se tomará y a dónde se llegará.
Si ya estás convencida de la importancia de aprender a manejar tus emociones, entonces sigue leyendo, porque a continuación te doy diez maneras de mejorar el manejo de tus emociones.
1/ Identifícalas
Las emociones son tan importantes, que cada una de ellas tiene nombre.
Aprende a darle un nombre específico a cada una de tus emociones.
No te conformes con decir que te sientes “bien” o “mal”. Aunque al principio es mejor decir esto, que ni siquiera estar consciente de tu estado, esta clasificación “bien/mal” es el primer nivel en la toma de conciencia de tus emociones.
El segundo nivel es identificar con mayor detalle, tus emociones durante el día. Simplemente pregúntate cómo te sientes y, si puedes, anótalos en un diario. Estos dos actos te darán mayor conciencia de cómo te sientes y cuáles son tus emociones preponderantes.
2/ Pregúntate cómo te hacen reaccionar
Una emoción genera una acción (o falta de acción).
Para aprender a manejar mejor tus emociones, pregúntate cómo crees que esta emoción que identificaste te está haciendo reaccionar, o cómo sueles reaccionar ante este tipo de emociones.
Cuando estás molesta, ¿tiras lo primero que consigues a tu alrededor, gritas, dices groserías o no haces nada?
3/ Respira antes de actuar. Haz una pausa
Una respiración lenta y consciente (inhalar por 4, sostener por 4, exhalar por 6) ayuda a calmar el sistema nervioso.
La respiración es como poner un freno a ese vehículo, antes de que las emociones decidan llevarte por otro camino. La respiración, una pausa, es lo que le va a permitir al cerebro más racional comunicar con tu parte emocional.
4/ Pregúntate para qué te sirven
Las emociones no son solo inevitables, no son solo el conductor de tu vida; las emociones son también un mensajero de cómo debes actuar, de algo más profundo que hay en ti.
Cada emoción lleva un mensaje distinto.
Por ejemplo, la rabia es un mensaje para actuar. La decepción (que es creer que las cosas deben ser distintas de lo que son en realidad) es un llamado para aceptar las cosas como son y actuar en función de esa realidad.
¿Qué emoción sientes en este momento y qué mensaje crees que te está dejando?
5/ Escribe las páginas blancas
Escribe cada mañana, apenas te despiertes, tres páginas. No menos. Tres páginas. Vuelca todas tus ideas y pendientes en papel para liberar tu mente y reducir la carga mental.
Estas ideas son las que te suelen bloquear, porque son las que se interponen entre tú y tu creatividad.
6/ Mueve tu cuerpo
Caminar, estirarte o hacer ejercicio libera tensión y reduce la intensidad de emociones como el enojo o la ansiedad.
También son la base para sentir emociones más agradables, como la paz, el amor, la tranquilidad.
7/ Compréndete
No te culpes por sentir lo que sientes. Y no trates de minimizar lo que sientes.
Dale espacio a tus emociones. Que tu cerebro racional comprenda la importancia de tus emociones, y que no trate de minimizarlas.
Mientras más comprendas tus emociones, más rápido pasarán, menos espacio y tiempo darás a la lucha de estas emociones.
Recuerda que las emociones son la reina de tu vida. Así que, mejor, trátalas con cariño.
8/ Cuida tus pensamientos
Los pensamientos crean las emociones.
Si tienes pensamientos de rabia, sentirás rabia. Si tienes pensamientos de amor hacia otra persona, estarás enamorada de ella. Si tienes pensamientos de confianza sobre el futuro, te sentirás confiada.
Al igual que hiciste en los primeros pasos, con las emociones, haz un inventario de tus pensamientos, para identificar cuáles de ellos repites una y otra vez durante el día. Pregúntate qué tipo de emociones generarán en ti. Si son emociones que quieres mantener, sigue pensando en lo mismo; si son emociones que quieres cambiar, cambia tus pensamientos.
9/ Habla con alguien de confianza
Expresa lo que sientes con otra persona. Eso aligere la carga emocional y puede darte una visión diferente.
Si quieres mayores resultados, busca un coach o un terapeuta, que son personas con herramientas para ayudarte a entender y manejar tus emociones.
10/ Cuida lo básico
Lo básico es el sueño, la alimentación y el descanso.
Estar cansada, hambrienta o estresada intensifica las emociones; cuidar tu cuerpo ayuda a gestionarlas mejor.