Existen principalmente tres razones por las que estás procrastinando de manera recurrente:
- No quieres hacer aquello que estás dejando para más tarde. Y es que las tareas que no te gustan hacer son las que vas a evitar. Te buscarás miles de excusas para hacerlas luego, surgirán otras tareas que se te hagan más importantes en el momento.
- Crees que lo que debes hacer es difícil, complejo o que toma demasiado tiempo. Y, ¿quién quiere hacer algo difícil, complejo y largo?
- Procrastinar se ha convertido en un hábito y, por ende, en parte de tu personalidad.
Pero, ¡no te estreses! Si este hábito te molesta, si ya estás harta de dejarlo todo para después y cargar con todo ese peso en tu mente, sigue leyendo, que a continuación encontrarás diez maneras para dejar de una vez por todas la procrastinación.
1/ Delega o elimina
Todo aquello que no deseas hacer, pregúntate si puedes delegárselo a alguien que sí quiera y pueda hacerlo o si, simplemente, no sea mejor eliminarlo.
No tienes que hacerlo todo, todo el tiempo. Está bien, y es productivo, no llevar la carga física y mental de todas las cosas.
Recuerda que la delegación y la eliminación son técnicas de productividad muy eficaces, que te harán ganar tiempo inmediatamente.
2/ Reconéctate con tu propósito
Es imposible saber si debes hacer algo, si es mejor delegarlo o si de una vez lo eliminas, si no sabes cuál es tu propósito en la vida, cuál es la mejor manera de utilizar tu tiempo, o si estás desconectada de ese propósito.
¿Cuál es tu propósito o tu misión de vida?
¿En qué sentido esto que te dices que debes hacer desde hace tiempo, pero que no haces, te acercará a ese propósito?
Si te acerca a él, ¿por qué perder más tiempo y no hacerlo de una vez?
3/ La regla de los 5 segundos
Esta regla, popularizada por Mel Robbins, indica que cuando no tengas ganas de hacer algo, debes contar 5-4-3-2-1, y cuando llegues a 0, te levantas y te pones a trabajar en eso.
Te aconsejo que utilices esta técnica cuando te sientes a trabajar con tu planning delante de ti, y comiencen a surgir ideas de por qué no debes hacer lo que dijiste que harías.
4/ La regla de los 10 minutos
Esta regla consiste en que solo trabajes en aquello que estás procrastinando, durante diez minutos.
Define qué vas a comenzar a hacer, es decir, cuál es la tarea que no quieres hacer, pero que decidiste que harías, pon el cronómetro durante diez minutos, y comienza a trabajar en ella.
Al hacerlo, en lugar de decirte “tengo 2 horas para hacer esto”, pregúntate: ¿cómo lo puedo resolver igual, o mejor, en solo 10 minutos?
Limitar el tiempo puede disparar tu creatividad y eficiencia.
Pasados los diez minutos, es probable que quieras continuar trabajando un poco más. Si es así (y esto es lo más probable que ocurrirá), no te limites, y sigue adelante.
Si te cuesta arrancar, no dudes en aplicar la regla de los cinco segundos.
5/ El bloque anti-procrastinación
Al agendar tu semana, coloca siempre un bloque anti-procrastinación de, por ejemplo, 30 minutos o 1 hora semanal.
Durante este tiempo vas a trabajar únicamente en las cosas que estás procrastinando.
Te recomiendo que durante este tiempo utilizas estas otras dos técnicas:
5.1/ El dado de la productividad
Escribe 6 tareas pequeñas que postergas siempre. Lanza un dado y haz la que salga. El elemento de juego elimina la indecisión.
5.2/ La regla de los 2 minutos
Realiza aquello que te lleve menos de 2 minutos a hacer.
6/ Cómete la rana
Haz lo que no quieres hacer, pero que es lo más importante, a primera hora de tu jornada laboral.
7/ Desglósalo en etapas más pequeñas
Si algo te parece muy difícil de hacer, desglósalo en las actividades más pequeñas.
Cada una de ellas será tu sapo.
8/ Usa “puertas de entrada” para tareas difíciles
Antes de comenzar a trabajar en una tarea que evitas, crea un pequeño ritual que te ayude a entrar (una canción, una infusión, moverte 1 min).
Si haces siempre la misma “puerta de entrada”, tu cerebro lo asocia con entrar en foco.
9/ Comprométete en público
Di a los demás (tu familia, tus amigos, tus colegas, tus seguidores en las redes sociales) que vas a realizar eso que procrastinas e indica la fecha en la que lo realizarás.
Esto generará una presión en ti, porque no querrás “defraudarlos”.
10/ Prémiate después de terminarlo
Cada vez que trabajes en algo que estés procrastinando, que lo termines o que avances en ello, felicítate sinceramente por haberlo hecho, por tus esfuerzos, por ese cambio de identidad que se está operando poco a poco.