Cuando decides cambiar tu vida, que sea para mejorar la gestión de tu tiempo, tu condición física, tu carrera profesional o cualquier otra área, es muy tentador querer cambiarlo todo, o al menos, implementar muchos cambios al mismo tiempo.
Pero, seguramente, ya has oído varias veces que esto es una mala práctica, porque la realización de cambios en el ser humano es muy difícil, y que al tratar de gestionar varios al mismo tiempo, se suelen abandonar todos esos intentos, tarde o temprano.
Si es así, si debemos escoger, entonces ¿con cuál empezar?
Yo te recomiendo que empieces enumerando todo lo que quisieras hacer, todos los cambios que quisieras implementar en tu vida. Luego, hazte estas tres preguntas:
- ¿Cuál de estos cambios se me hace más divertido?
- ¿Cuál de estos cambios se me hace más fácil?
- ¿Con cuál de estos cambios quisiera comenzar?
Comienza con cualquiera de tus respuestas a las preguntas anteriores.
No tengas miedo si ese cambio que tanto quieres no parece ser el más significativo, o si te parece demasiado fácil para empezar, o si no existe ninguna razón aparente para iniciar con él, además de que simplemente quieres.
Al contrario, éstas son razones muy poderosas que harán que estos cambios se anclen en tu vida.
Luego, poco a poco, si confías en el proceso, irás instalando más y más cambios en tu vida.