1/ Descansa lo suficiente
Descansa cada 45 minutos de trabajo intenso (físico o mental).
Descansa al final del día.
Descansa cada semana.
Descansa de manera más prolongada, una o varias veces al año.
Mientras más trabajas, descansa más. Mientras más descansas, mejor trabajarás.
2/ Mantente hidratada
Para saber qué tanta agua debes tomar, te recomiendo que sigas esta fórmula: Agua (litros/día) = Peso corporal (kg)×30−35 ml. Así, si pesas 50 kg, deberías tomar entre 1,5 litros (50×30) y 1,75 litros (50×35) de agua al día.
3/ Haz ejercicio físico
Haz actividad física en un gimnasio o en la calle, en tu casa o en la naturaleza. Cardio o fuerza. 10 minutos o 1 hora diaria. Sola o acompañada.
El cómo, dónde, cuánto y con quién no importan. Lo que importa es que lo hagas regularmente.
4/ Haz una siesta
La siesta es el mejor reemplazo del café: te da la misma energía, sin costo adicional y sin efectos secundarios perjudiciales.
Haz de la siesta parte de tu rutina de productividad (y de belleza y cuidados personales) diaria.
5/ Toma duchas frías
Comienza a practicar este ejercicio durante el verano.
Al hacerlo, empieza mojándote los pies y luego, poco a poco, ve subiendo por el resto del cuerpo. ¡Te sentirás viva al salir del baño!
6/ Escucha música
Escucha la música que te haga mover y baila tanto como puedas.
7/ Trabaja en algo que te guste
O busca maneras de hacer que tu trabajo sea divertido y/o novedoso.
8/ Mantente positiva
Aléjate de las personas y de los pensamientos negativos.
Cuida tu energía prestando atención a lo que dejas entrar en tu vida, incluyendo noticias, libros, películas, chismes, etc.
9/ Reconéctate con la naturaleza
El mar, el aire, los animales, las plantas, la tierra, el sol, la luna, las estrellas… tantas maneras de reconectarse con la naturaleza, y cada una de ellas será fuente de energía para ti.
10/ Hazte un masaje energético
No todos los masajes son iguales.
Si quieres uno que te dé más energía, pídele a tu masajista que te haga un masaje energético.