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Reflexiones de una cumpleañera

Celebré mi cumpleaños N°43.

¡Qué día tan bonito fue!

Las condiciones fueron muy similares que la de los años anteriores: compartí con mi familia, me cantaron Las Mañanitas apenas me desperté, me llenaron de regalos y cantamos el cumpleaños con la tradicional torta y quesillo.

Pero este año fue especial. Tenía tiempo sin celebrarlo de manera tan bonita. Y éstas son las razones que hicieron que este año fuese distinto al resto:

1/ Siempre trato de ser agradecida, pero este año tuve una sensación particular de agradecimiento ante Dios, por la vida que me ha dado, por la persona en la que me he convertido, por la suerte que tengo en mi vida, por mis problemas y mis éxitos, por mi familia hermosa, por la relación tan linda que tengo con cada uno de ellos, por mi trabajo, por poder ayudar a la gente con el coaching, por mis amigos, por mi salud. ¡Tantas razones para sentirme bendecida!

Lo mismo puedes hacer tú cada día. Utiliza los primeros minutos del día (o los últimos) para cultivar el agradecimiento profundo en tu vida.

2/ Normalmente le “sugiero” a mi esposo algún regalo que me gustaría tener, pero él me regala lo que a él le provoca, que no necesariamente era lo que yo le había pedido. Eso me solía dejar con una sensación extraña: de un lado contenta, porque él tiene buen gusto y me da regalos que me agradan, pero de otra parte un poco defraudada por no tener lo que quería. Lo extraño es que, pudiendo comprarme lo que quisiera, no lo hago. Este año decidí darme regalos. Me compré las cosas que quería. De esa manera, los regalos de los demás serían sorpresas adicionales. Recibí regalos a partir de la abundancia y no de la escasez.

De la misma manera te sugiero que utilices tu tiempo manejándolo como prefieras, delegando de manera eficaz. Regálate tiempo para hacer lo que tú quieras, sin esperar las migajas de los demás.

3/ Planifiqué este cumpleaños. Me pregunté cómo quería pasarlo e hice todo lo necesario para que esto se diera. En mi caso incluyó un brunch con la comida que yo quería, un paseo por París (donde vivo) con mi familia y una tarde de karaoke en casa, donde grandes y pequeños pudieron cantar.

Así fue que con agradecimiento, proactividad y planificación hice que este cumpleaños fuera uno extraordinario.