¿Cansada de la misma rutina cómoda que sabes que no te lleva a nada especial? ¿Y si el día de hoy te desafías a ti misma?
Darte desafíos especiales, salirte de la rutina, darlo todo para implementar un nuevo hábito (o abandonar ése que no te deja nada bueno), intentar lograr algo que te parece gigantesco, puede ser eso que necesites en estos momentos para dar ese paso más, para descubrir en ti una nueva personalidad, para comenzar a explorar tu verdadero potencial.
¿No sabes cómo desafiarte?
A continuación, te propongo unas preguntas para que puedas identificar mejor de qué manera te puedes desafiar.
- ¿Qué has querido hacer desde pequeña y que no has logrado?
- ¿Qué es lo que más te frustra? ¿Cuáles son tus mayores defectos? ¿Cómo los puedes mejorar?
- ¿Quién te gustaría ser cuando eras pequeña y que aún no eres hoy? ¿A qué jugabas? Puede ser una profesión, un personaje o alguna cualidad especial.
- ¿A quiénes admiras hoy en día? ¿Por qué? ¿Qué cualidades tiene esa persona que tú no crees poseer, o que te gustaría desarrollar aún más?
- ¿Qué hábito estás tratando de desarrollar y te cuesta implementarlo de manera constante? ¿Cómo podrías desarrollar ese hábito hoy?
- ¿Tu forma física, salud y niveles de energía son los que siempre has soñado? Si no es así, ¿de qué maneras puedes mejorarlos?
- Honestamente, ¿tienes envidia de alguien? ¿Se trata de algo que poseen o una cualidad personal? ¿De qué manera tú también puedes tenerlo?
- ¿Cuáles son tus objetivos del año? ¿Cómo vas con ellos? ¿Qué puedes hacer para alcanzarlos o superarlos?
Existen infinitas maneras de desafiarte. No necesariamente debe ser un desafío grandioso, pero sí algo que te genere una mezcla de alegría y miedo. Si no hay la alegría (o el entusiasmo), no vale la pena esforzarse por ello, y si no hay el miedo, significa que no hay mayor esfuerzo y que el desafío puede ser amplificado.
Entonces, ¿cómo te vas a desafiar hoy?