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¿Por qué haces lo que haces?

Toma lápiz y papel y párate dos minutos a responder a estas tres preguntas.

  1. ¿Qué vas a hacer hoy?
  2. ¿Por qué vas a hacer cada una de esas cosas?
  3. ¿Las quieres hacer o no?

Hay dos tipos de cosas que no nos gustan hacer:

(1)  Las que no nos provocan, pero nos hacen bien a largo plazo. Típicos ejemplos: comer de manera saludable o ir al gimnasio.

(2)  Las que no nos provoca hacer, y no nos aportan ningún beneficio, pero las hacemos porque son un hábito, porque “siempre las hemos hecho” o porque no queremos decepcionar a los demás.

Te recuerdo que NO estás obligada a hacer absolutamente nada en tu vida. Las “obligaciones” son simplemente actividades que hemos aceptado hacer… y continuamos aceptando, de manera implícita.

Simplemente sé consciente de las consecuencias de seguir haciendo o dejar de hacer las cosas. Ser adulto es tomar estas decisiones conscientemente y enfrentar sus consecuencias.

Por último, termino con esta pregunta: ¿Decides, desde tu perspectiva de adulto, seguir haciendo todas las actividades que definiste para el día de hoy o cambiarás tus planes? ¿Con qué tipo de emoción decides hacerlas?