Último día del año. Momento de reflexión. Momento de fiesta. Momento de compartir. Momento de melancolía. Momento de proyecciones. Momento de ilusiones. Momento para soñar un nuevo año mejor.
Quizás leas este artículo otro día. Y la misma reflexión se aplica.
Porque cada día es propicio para un momento de reflexión, de fiesta, de compartir, de sentir melancolía; para hacer proyecciones y tener ilusiones.
¿Qué quieres tú mañana? ¿Qué promesas te vas a hacer para las próximas 24 horas, los próximos 30 días, los próximos 12 meses?
¿En qué tipo de persona te quieres convertir? ¿Qué tipo de personalidad deseas desarrollar?
Tú eres la ama de tu vida. Tú decides cómo quieres vivirla, cómo enfrentar los obstáculos, cómo celebrar tus éxitos.
No debes esperar una fecha especial para hacerlo. Y puedes aprovechar cualquier fecha especial para hacerlo. Cualquier excusa es buena para redefinirte.
¿Por qué no lo haces ahora? ¿En quién te quieres convertir?