Aprovecha hoy viernes, fin de tu semana laboral (o cualquier día de la semana en la que estés leyendo este artículo) para regalarte tres minutos de gloria.
Durante este tiempo debes sentirte orgullosa de ti, de lo que hiciste, de tus avances.
Algunas cosas que puedes incluir en tus tres minutos de gloria:
- Aquello que lograste esta semana o durante los últimos días, semanas o meses.
- Aquello a lo que conscientemente dijiste que No, para dar mayor espacio para lo que sí quieres.
- Aquello que no lograste, tus fracasos, los momentos en los que otras personas te criticaron, porque eso significa que estás avanzando, que lo estás intentando.
- Los momentos en los que te sentiste mal, en los que no actuaste como hubieses querido, porque significa que tu conciencia aumenta, que eres ambiciosa y exigente.
- Los momentos en los que reíste, y también en los que lloraste, porque significan que eres un ser humano.
Date el permiso de celebrarte tal como eres ahora. Date el permiso de celebrar tu pasado, con sus momentos de gloria y otros de sufrimiento. Autorízate a celebrar por adelantado el que cumplirás tus sueños más preciados.
Siente estos tres minutos de gloria como si todo un estadio te estuviese aplaudiendo, como si tus seres más queridos comparten ese orgullo y felicidad que ahorita es tuya, como si estuvieses ganando una medalla de oro olímpica y todo un país celebra contigo. Pero lo más importante, siéntelo en el fondo de tu corazón.
¿Por qué no? ¿Qué puedes perder más que tres minutos y la posibilidad de sentirte grande y feliz, como todo ser humano tiene el derecho de estar?